Web3, Blockchain y criptomonedas

Web3, Blockchain y criptomonedas

Este es el primero de una serie de artículos en los que haremos un recorrido por el mundo web3: desde qué es, por qué es importante y sus falencias hasta cómo deployar un smart contract usando Remix.

¿Qué es la Web3 (y en qué se diferencia de la Web1 y la Web2)?


Suele decirse que la Web1 -la primera generación de la web- se basa en la idea de que la web es un medio para transmitir información de manera eficiente, mientras que la Web2 -la segunda generación de la web- se basa en la idea de que la web es un medio para comunicarse y estar en línea.

De ahí que la web1 se enfocara principalmente en la presentación de información a través de páginas web estáticas, sin permitir ningún tipo de interacción al usuario. Asimismo, a raíz de la web2 se desarrollaron tanto aplicaciones dinámicas como blogs y redes sociales, que nos permiten como usuarios compartir contenido y comunicarnos online.

Siguiendo esta línea, se dice que la Web3 -tercera generación de la web-, se centra en la colaboración y la creación de valor en línea y en la importancia de que los usuarios interactuemos de manera más directa y segura.

Es claro que, así como entre la web1 y la web2 hubo un crecimiento exponencial del desarrollo de nuevas tecnologías, la web3 incorpora además tecnologías como la inteligencia artificial y las llamadas “tecnologías descentralizadas” (en estas últimas ahondaremos en éste y los siguientes artículos).

¿Qué es una tecnología descentralizada?


Las tecnologías descentralizadas son “aquéllas que distribuyen la autoridad, el control y la responsabilidad en un sistema entre múltiples entidades, en lugar de tener una sola entidad centralizada que lo controle todo”.

Y es acá donde surge una pregunta natural: ¿para qué queremos una tecnología descentralizada?

Vayamos al ejemplo clásico de una tecnología no descentralizada (o centralizada): el sistema bancario.

¿Cuántas veces hemos usado la aplicación del banco para hacer una transferencia? Seguramente, miles.

¿Cuántas veces nos hemos preguntado por qué esa transferencia es válida? Es decir, por qué existía un dinero que me pertenecía y ahora ya no me pertenece y le pertenece a otra persona, que a su vez puede transferirlo a una tercera parte. Seguramente, no muchas (o quizás esta sea la primera).

¿Cuántas veces nos ha pasado que la aplicación está “caída” y, en consecuencia, no podemos disponer de nuestro dinero? A mí, más de una.

¿Cuántas veces nos hemos preguntado qué pasaría si un día el banco -es decir, una o varias personas que trabajan en él, que no hace falta aclarar que son unas pocas- decidiera que ese dinero que nos pertenece ya no nos pertenece más? O que ocurriera un hackeo y otra vez nuestro dinero ya no nos pertenece más. Seguramente, no muchas o quizás esta sea la primera.

Qué importante parecen ahora estas preguntas, ¿no?

Esto es lo que viene a proponer la tecnología descentralizada: mayor transparencia, seguridad y eficiencia de las tecnologías.

¿Cómo lo hace?

Es acá donde entra Blockchain que es, dicho formalmente, una tecnología de registro descentralizado que permite a varias partes confiar en una base de datos compartida sin la necesidad de un intermediario central. Para entenderlo mejor, puede pensarse como un libro de contabilidad digital que registra transacciones de manera segura y verificable.

Pero si me disculpan, lo dejamos para el siguiente artículo…

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