Mujeres tech en Guatemala: oportunidades y desafíos

¿Puede una mujer destacar y ser tomada en cuenta en el ámbito de la tecnología en Guatemala? Por supuesto. Tomar la decisión de ingresar en una carrera de Ingeniería o Tecnología puede resultar aterrador.

Por eso, el objetivo de hoy es demostrar que las mujeres sí podemos tener presencia en el sector, así que si eres mujer, aspiras a estas carreras y buscas un empleo asociado, presta atención porque ¡sí puedes lograrlo!  

Tomar la decisión de estudiar Ingeniería en Computación no fue fácil. Recuerdo sentirme muy indecisa debido a los prejuicios y a los obstáculos de los que muchos hablan. Sin embargo, existe una actividad promocionada por la Universidad del Valle de Guatemala (UVG) llamada Mujeres en la Ingeniería un seminario en el cual, de forma práctica, vivimos algunos aspectos del pensum básico de Ingeniería.

Tuvimos talleres de actividades, charlas informativas y, por supuesto, la convivencia con mujeres quienes, como yo, decidieron entrar en el mundo tech. Dicha iniciativa ha incrementado la población femenina en el campus.

Este tipo de experiencias son las que ayudan a comprender las capacidades y posibilidades consideradas para el futuro, al tiempo que animan a las mujeres a atreverse cada vez más a formar parte de este sector. Es alentador ver que cada vez más organizaciones y empresas en Guatemala reconocen la importancia de la diversidad y la inclusión en el ámbito tecnológico.

De vuelta a mi ejemplo con la UVG, la institución abrió la convocatoria en 2022 para otorgar 550 becas al programa Mujeres en Ingeniería, en conjunto con la Embajada de los Estados Unidos. Además, ya existen comunidades y grupos de apoyo tanto en línea como presenciales donde las mujeres pueden conectarse o, si es el caso, reunirse para compartir experiencias y brindarse apoyo mutuo. Como parte de lo anterior, podría hablar también de la organización Mujeres TICs Guatemala, misma que busca reducir la brecha digital y de género al impulsar y apoyar que más mujeres elijan áreas tecnológicas como su plan de carrera.

Apoyo gubernamental

A la par de estas iniciativas educativas y sin fines de lucro, existen otros programas y políticas para fomentar la participación de las mujeres en roles de liderazgo en áreas técnicas y de programación.

En febrero de 2022, el Vicepresidente de Guatemala, Guillermo Castillo Reyes, junto con la ONU Mujeres y la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt), presentaron una estrategia para la inclusión de mujeres y pueblos indígenas en el ámbito científico y tecnológico.

Este plan busca promover la participación e inclusión de las mujeres desde la niñez y adolescencia en estas áreas, así como incentivar el apoyo de comunidades, organizaciones y líderes del país.

Todavía quedan desafíos

Si bien estos programas han aumentado la participación femenina guatemalteca en el campo de la tecnología, no todo ha sido color de rosa. Lamentablemente, los problemas económicos y la discriminación existentes en Guatemala hacen que el camino a un país más inclusivo sea complicado.

Los prejuicios por parte de compañeros de carrera e incluso de profesores siguen muy presentes hoy día. Ante esa realidad, debemos ser valientes e ignorar estos prejuicios porque solo así será posible incrementar la presencia femenina en el campo tecnológico. Por supuesto, es un reto, pero las mujeres hemos demostrado durante siglos que, si nos proponemos algo, podemos lograrlo.

Es crucial que las mujeres interesadas en ingresar a este campo, busquen mentores y referentes que puedan brindarles orientación y apoyo en su carrera. Contar con alguien que ha pasado por experiencias similares puede ayudarlas a enfrentar los desafíos y obstáculos que puedan surgir en el camino. No hay nada que un cafecito no solucione y, si no se soluciona, al menos se disfruta.

Sin miedo a la cima

Dejando de lado el ámbito estudiantil, es al buscar empleo donde la cuesta se hace más empinada para nosotras en Guatemala. En mi caso, fue en una entrevista grupal para optar a un cargo.

Recuerdo haberme sentido ignorada y discriminada en gran medida por el entrevistador, sin importar lo mucho que intenté participar y opinar. Eso me afectó en gran medida durante un tiempo y pensaba que había cometido un gran error al estudiar mi carrera. Lo que no sabía en ese momento es que no podía estar más equivocada.

Hoy en día, existen muchas empresas nuevas, tanto guatemaltecas como extranjeras, que no dan importancia al género o la edad, sino que valoran la actitud personal, el nivel de aprendizaje y superación personal. Estas empresas reconocen el potencial y desempeño. El género, a la hora de postularse para un trabajo, es cada vez menos relevante, mientras que otras características como el trabajo en equipo y la determinación cobran importancia.

Actualmente, trabajo en una empresa guatemalteca donde puedo sentir la seguridad de que mi opinión y mi desempeño son apreciados y tenidos en cuenta. Además, sé que no soy la única, ya que otras compañeras de carrera han tenido experiencias similares.

Aunque pueda parecer que en Guatemala este fenómeno de igualdad de género es menos tangible, al adentrarse en el mundo laboral es evidente que cada vez hay más oportunidades para nosotras. Solo se trata de tener paciencia y no dejarse afectar por quienes no saben apreciar la valía femenina.

Aunque persisten desafíos y prejuicios en el campo tecnológico en Guatemala, cada vez hay más oportunidades para las mujeres. Es importante perseverar, buscar apoyo y no dejarse desanimar por experiencias negativas. Este tipo de plataformas, donde podemos tener acceso a artículos de interés demuestran que, a medida en que más mujeres ingresan y se destacan en la tecnología, se consolida un cambio positivo en la industria en todo el mundo.

Las nuevas generaciones de mujeres tenemos el potencial de liderar el camino hacia un futuro más inclusivo y equitativo en este vasto ámbito tecnológico, sea en Guatemala o en el resto del mundo. Solo se trata de mantener nuestro empeño, demostrar nuestras habilidades y luchar todos para que, lejos de ser algo novedoso, se convierta en la realidad cotidiana que todas merecemos.