Cuando el algoritmo es más certero que Cupido

Cuando el algoritmo es más certero que Cupido

La masificación de apps de citas hizo del romance un asunto de programación. Cada día, miles de códigos y probabilidades eligen a ese alguien especial según el perfil. Si buscas a tu media naranja, olvídate de frases rebuscadas y deja que la tecnología te ayude.

Hasta hace unos años, la mecánica para encontrar pareja iba así: conocer a la persona, contacto, cita(s) y el veredicto sobre si la persona era la indicada. Oleadas de intentos envueltos en perfume, ropa elegante, labia y personalidad impecable.

Ese emocionante ejercicio tenía sus bemoles, desde sentirte a gusto e iniciar un capítulo juntos hasta el menos agradable ensayo y error, donde esperabas una próxima oportunidad para encontrar a ese alguien especial (quizás viviste algo de lo anterior).

Cupido “trabajaba” con esa metodología en otros tiempos. Sin embargo, la entrada en escena de páginas como Match.com o apps actuales como Tinder o Grindr reinventó el modus operandi del romance, desplazando al dios romano con herramientas mucho más efectivas que sus icónicas flechas: algoritmos y programación.

Gracias a la configuración de éstas y otras aplicaciones, hallar pareja es algo más cercano a Machine Learning que a criterios humanos.

Del ligue al perfil activo

Lo que antes implicaba visitas, llamadas telefónicas o chats (levanta la mano si usaste MSN Messenger), ahora se reduce a un único elemento: tu perfil. Mantenerlo actualizado, con buenas fotos y datos interesantes del usuario será el ingrediente clave en la receta para descubrir a ese significant other, como dicen en inglés.

Dependerá de la app en uso, pero todas requerirán un perfil sólido y datos propios para buscar candidatos. Tinder, por ejemplo, basa su selección en la actividad del usuario. Mientras más se actualice o visite, la aplicación contará con más datos para su recomendación.

Esto es corroborado por un estudio del Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEEE), el cual indicó que “aquellos (perfiles) con una biografía rellena produjeron cuatro veces más matches que los que no completaban esta parte del perfil”.

Bumble, por su parte, elimina de sus opciones a los usuarios con mucho tiempo de inactividad, así que si usas esta app y quieres hallar pareja, mejor ten tu perfil al día. OkCupid se aleja un poco de lo anterior, enfocándose más en la gran cantidad de datos que solicita al usuario para que, basada en ellos, encuentre opciones viables.

Otra app con mucha participación es Grindr. Si bien emplea algoritmos, éstos son más que todo para eliminar perfiles falsos o que atenten contra sus políticas. En todo caso, su sistema de elección es más sencillo, definido por los filtros que el usuario determina para restringir la selección de posibles candidatos.

Sí altera el producto

Aunque suene frío o descafeinado, el empleo de herramientas digitales no vinculadas a reacciones humanas (al menos no al inicio) ha resultado benéfico para quienes buscan almas gemelas. Si antes el proceso implicaba sorpresas, encantos y desencantos en ese ensayo y error, ahora muchas de las incertidumbres se reducen con los algoritmos.

Claro, no significa que las apps de citas sean infalibles y que su elección es palabra santa (puede darse el caso de que no haya química), pero sí es evidente que su eficacia es mucho mayor a la de las técnicas que nuestros padres y abuelos emplearon para encontrar pareja.

Gracias a Grindr, Tinder o Bumble y sus sistemas de recolección de datos, los usuarios cuentan con mucha más información para saber si determinada persona es elegible como pareja. Eso facilita la toma de decisiones y que si se da el paso de conocer presencialmente al prospecto, vaya con más certeza, evitando aquellas horribles citas a ciegas que terminaron mal para muchos.

Anteriormente, el proceso era ir conociéndose sobre la marcha, entre salida y salida. Ahora, mucho de lo anterior se hace en línea, quedando pocos renglones por completar cuando deciden verse. Evidentemente, llegado el momento de conocerse, ahí el algoritmo dará paso a nuestras emociones y criterios sobre la otra persona. Al fin y al cabo, somos humanos y se trata de relaciones, ¿no?

Pese a que la cantidad de usuarios activos sigue siendo más limitada, eso no significa que ella no tienda a crecer. Al contrario. Según un reporte de Smartme Analytics, el número de usuarios activos en Tinder aumentó en 94 % durante la pandemia, lo que demuestra la versatilidad de este tipo de aplicaciones para efectos de precisar candidatos, conocerlos mejor, contactarlos y reducir la cantidad de encuentros presenciales en momentos donde el Covid-19 todavía sigue alrededor.

¿Serán Tinder et al la primera opción para hallar pareja en el futuro? El tiempo lo dirá. Sin embargo, sí podemos decir que sus algoritmos cada vez más depurados ubicarán personas cada vez más cercanas a lo que se busca, provocando que Cupido tenga que preparar su CV para dedicarse a otros oficios. Los algoritmos han ganado la partida.

Éxito si los empleas para hallar a tu media naranja.

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